Resumen

Durante más de dos décadas, la disputa relacionada con Avícola Villalobos ha girado alrededor de un hecho simple pero extraordinario: Lisa, S.A., propietaria legítima de un tercio del grupo avícola más grande de Centroamérica, ha sido privada de los dividendos, la información y los derechos accionarios que le corresponden por ley. Prácticas contables internas ocultaron utilidades, desviaron ingresos y excluyeron a Lisa de los beneficios corporativos. Cuando estas irregularidades salieron a la luz, tribunales en Bermudas, Panamá y Guatemala emitieron fallos que confirmaron los derechos de Lisa y condenaron la mala conducta.

En lugar de cumplir, los accionistas controladores ampliaron el conflicto a múltiples jurisdicciones. En Panamá, órdenes judiciales vinculantes exigen que Villamorey, S.A. pague a Lisa más de 51 millones de dólares en dividendos declarados pero retenidos, y tanto la empresa como Juan Luis Bosch Gutierrez continúan desatendiendo estas órdenes. En Guatemala, las empresas Villalobos han llevado a cabo una de las campañas de litigio más extensas y abusivas de la región, presentando cientos de casos defectuosos o frívolos para impedir el ejercicio de los derechos económicos de Lisa.

El resultado es una batalla legal multinacional marcada por una obstrucción prolongada y una negativa constante a acatar decisiones judiciales firmes. Esta sección ofrece un panorama general de los orígenes de la disputa, las partes involucradas y los principales frentes de litigio en Panamá y Guatemala.

Los orígenes del conflicto se remontan a prácticas contables ocultas y desvíos de utilidades dentro del Grupo Avícola Villalobos, donde Lisa, S.A. tenía una participación directa del 25% y una participación adicional a través de Villamorey, S.A. Registros internos analizados posteriormente en los tribunales revelaron ingresos no declarados, operaciones fuera de libros y distribuciones que omitían por completo a Lisa. Estas prácticas culminaron en la sentencia de Bermudas de 2008, que confirmó que Lisa había sido privada intencionalmente de los beneficios económicos que le correspondían. En lugar de corregir estas irregularidades, los accionistas de control escalaron su respuesta excluyendo a Lisa como accionista e iniciando litigios retaliatorios en múltiples jurisdicciones. Estos hechos forman la base de las batallas legales actualmente en curso en Guatemala y Panamá.

El diagrama que aparece a continuación muestra la estructura de propiedad y control que se encuentra en el centro de la disputa. Refleja cómo CMI y BDT Investments Inc. son copropietarios de Villamorey, S.A., una sociedad panameña creada específicamente para recibir y distribuir los dividendos del Grupo Avícola Villalobos. Villamorey, a su vez, posee una cuarta parte del grupo, mientras que CMI y BDT tienen participaciones directas adicionales del 50 por ciento y 25 por ciento, respectivamente.

Esta estructura es fundamental para comprender el conflicto. A pesar de la posición accionaria combinada de BDT, que incluye un tercio de Villamorey y una participación directa del 25 por ciento en el grupo avícola más grande de Centroamérica, se le ha negado de manera constante el pago de dividendos, el acceso a la información financiera y una participación significativa como accionista.

Los tribunales panameños han determinado que Villamorey, S.A. debe pagar a Lisa, S.A. más de $51.6 millones en dividendos que fueron declarados pero retenidos ilegalmente durante más de una década. A pesar de órdenes judiciales firmes, Villamorey y Juan Luis Bosch Gutiérrez se han negado a liberar los fondos, lo que ha dado lugar a acciones de ejecución, litigios de rendición de cuentas e investigaciones penales en curso. Los casos evidencian un esfuerzo sostenido para obstruir el cumplimiento de mandatos judiciales definitivos.

Durante más de dos décadas, Lisa, S.A., accionista legítima del 25% del Grupo Avícola Villalobos, ha enfrentado una de las campañas de litigio más extensas y abusivas en la historia corporativa de Guatemala. En lugar de pagar los dividendos retenidos desde 1999, hoy valorados en cientos de millones de dólares, las empresas Villalobos promovieron cientos de demandas, mantuvieron embargos injustificados y utilizaron el sistema judicial para obstruir y retrasar los derechos económicos de Lisa. Los tribunales, en todas las instancias, han rechazado repetidamente estas acciones por ser prematuras, defectuosas, infundadas o jurídicamente inviables. Los procesos revelan un esfuerzo sostenido y coordinado para impedir que Lisa cobre los dividendos y el valor corporativo que le pertenecen legalmente.

Mediante una serie de fusiones, el Grupo Avícola Villalobos consolidó decenas de sociedades en pocas entidades mayores. Sin embargo, los juicios iniciados contra Lisa, S.A. siguen vigentes. Según la ley guatemalteca, las empresas absorbentes heredan activos y pasivos —incluidos los litigios en curso—, por lo que Lisa continúa enfrentando demandas de sociedades que desaparecieron jurídicamente, pero cuyos procesos fueron asumidos por sus sucesoras.